lugubres pasadizos corretean mi alma marchita,
desojando cada petalo de mi vida,
lloro por los rincones sin ataduras ni temores,
mortecina y perdida,
alli ensortijaron mis lagrimas no nacidas,
ni mi retina las quiso desprender,
de sus añorados ojos,
para ni reflejo matar,
y ese hilo que aun la muerte en mi destierro ni quiso,
cual hayo en un pozo profundo,
el hilo de mi voz que ya no lucha ni se entrega,

si no que camina entre sombras quebradas,
por ese dolor que me acompaña,
es la puerta de un comienzo,
de petrea y humeante mirada quieta,
es la muerte que me acecha,
muerta en vida,
en apariencia confundida,
en acallar mi alma que dormita,
en lecho de rosas muertas,
en agonias de despertares que no cesan,
en partituras de un satie que ya no espera,
alli yacere cuando sea mi hora inperterrita que asilencia,
a mi alma voladora,
cobijando mi ala en sombras devoradoras,
me acompañan.....MARIA

